domingo, 23 de marzo de 2014

Luna

Harriet observa la Luna desde abajo, fascinada por su belleza, buscando qué es eso que le atrae tanto de ella, analizándola, sintiéndose un espíritu afín, sintiendo que podría ser ella. En efecto, se trata de otro de sus delirios de grandeza. La Poetisa la mira cuando está llena, bañando todo con su luz, desde su trono de estrellas, fría, distante y altiva...quizás sí se le parezca. Va creciendo y va menguando, hasta el punto de desaparecer y dejar en el cielo un inquietante halo de misterio. Nadie la comprende, está siempre sola y nada puede tocarla. Siempre tiene el mismo rostro indescifrable pero a la vez tan expresivo, que no deja indiferente e infunde temor y respeto. Después está la cara oculta que no deja ver bajo ninguna circunstancia, donde debe residir por fuerza toda su verdad. Es tan poderosa que controla las mareas y hasta las emociones de las personas, jugando con ellas a su antojo, manipulándolas, causando caos a su alrededor, destruyéndolas. Daña y arrasa por donde pasa sin darse cuenta siquiera, y luego tiene miedo y se arrepiente, y se esconde, pero ya es tarde para volver atrás. Ella hace todo esto por instinto, su crueldad no tiene motivo, es pura inconsciencia. Tras sentir un escalofrío, Harriet piensa "qué bonita se ve la Luna desde aquí abajo, será que van de la mano maldad y belleza".

martes, 28 de enero de 2014

Hoy.

El verde que me explota
dentro del pecho y mancha,
se cuela en mi alma rota,
y el dolor cura y abraza.

Se ha marchado, ya no vuelve
el monstruo que vivía dentro,
la locura desenfrenada
quedó enterrada en su féretro.

Y me encuentro recomponiendo
los meses y días perdidos,
las noches fumando y bebiendo,
los llantos a oscuras, los gritos.

Y sé que ya no caigo,
que como mucho desfallezco,
este va a ser mi año,
esta vez sí me enderezo.

No volveré a callar
lo que grita desde dentro,
hoy quiero ser yo misma,
quizá mañana no me encuentro.

No volveré a ahogarme
entre emociones reprimidas,
hoy firmo mi sentencia,
quizá mañana se me olvida.

domingo, 21 de julio de 2013

O.

Aquella noche, recuerdo,
me mirabas con ternura,
y yo casi te muerdo,
y tú me metías en la cuna.

Y lloraba mi alma en tu pecho,
y gemía mi cuerpo en tu cuerpo,
y me abrías cruelmente las heridas,
y sangraba de tinta en tu piel fría.

Me desgarraba tu voz por dentro,
y como una hoja podrida
me quebraban tus palabras, 
y en tu vientre me mecías.

Sudábamos lágrimas del alcohol,
tragábamos humo de hierba muy fina,
pillábamos colocón tras colocón
y nuestras manos hacían el amor.






lunes, 15 de julio de 2013

A veces, amargura,
manifiestos de cordura,
una luz degollada
y cánticos y rezos
para conciliar el sueño
se ciernen como sombras
en la primavera deshojada.

A veces, tu locura,
el misticismo que te impregna
y nos impregna las alas
y nos vuela las ilusiones
y la sensatez reina
autoritaria y vengativa
y destructiva en tu cabeza.

Vuelve tú,
que has muerto tantas veces,
que has helado el frío
y arrullado nanas
y clavado espinas
y hendido clavos en las heridas.

Vuelve luz,
mátame y mátala,
muy lentamente,
danos lo que robaste
a las amapolas inertes,
revívele a la muerte.

-Córtanos, dáñanos.-
no queremos masoquismo,
no hay malicia ni ironía.

Polillas en la tripa
consumen la energía
y te miro, nos miro,
casi divinas,
en un aura deshinibida,
devuélvenos la fe,
devuélvenos la vida.

miércoles, 15 de mayo de 2013

¿?

Desde diciembre que no escribe y todo parece una ráfaga, una sombra, un engaño de los sentidos. Y desde diciembre que no vive, anclada en la nostalgia por la que late el corazón resentido. Idas y venidas que desorientan, caos que estabiliza, disciplina que aburre, sonrisas fingidas. Ni Harriet, ni Poetisa, ni humana, ni heroína, ni pobre, ni rica, sólo vacía. Ni una sensación de elevación, ni una emoción real, nada más allá de los sueños, de las pesadillas que ocupaban sus noches, incluso sus días, entre las sábanas vacías, heladas por la angustia. Ni dedos, ni cálamos, ni cicatrices, ni alas, ni torres, ni puentes, ni túneles, ni cuentos de hadas. Nada. Rozando el nihilismo y temiéndolo a la vez. Queriendo ser feliz y boicoteándose otra vez.

jueves, 6 de diciembre de 2012

8. Faithless? NO.

Desesperarse es darle la espalda a Dios*.



*Dios entendido como arte, naturaleza, bondad del ser humano, fortaleza interior, amor o cualquier pensamiento que consiga arrancarle a uno una sonrisa.

jueves, 15 de noviembre de 2012

3. Vahído y el muro.

Los cuerpos eran tan amorfos y abstractos como la metafísica. Observaba Harriet(casi Poetisa) a aquellos físicos portadores de almas y por sus andares descubría los desequilibrios de sus pensamientos más abisales perdidos y caóticos en los abismos de su espacio interior. El tronco de una mujer delgada parecía ir en sentido contrario de sus piernas inflexibles, y, ambas partes, que eran con certeza antónimas, lograban ponerse en consonancia para que aquel portador de esencia caminara sin conciencia ni dificultad aparente. Y así con cada una de las personas que dejaban su huella y sus pisadas impresas en la Rua grisácea de aquel noviembre huraño. Eso llevó a la Poetisa a pensar en el misterio eterno del ser humano contradictorio, ya que todos aquellos seres funcionaban igual, juntos, al mismo tiempo y en el mismo espacio, pero, a su vez, cada andar llevaba un ritmo distinto y era imposible distinguir dos o más que fueran completamente idénticos, ya que cada uno conservaba su individualidad dentro del Todo.

martes, 30 de octubre de 2012

38. Close my eyes and feel you breathing.

Escucho tus latidos en mi pecho acompasados con los míos, siento tu respiración en mi nuca susurrándome protección y tus brazos fornidos rodeando mi alma de amor. Eres la cosa más bonita del mundo terrenal, eres la cosa menos cosa y más Ser, eres el Ser más elevado que aquí pueda encontrarse, eres la cosa más bella, pura, artística y aproximada a la metafísica en este mundo finito, eres el Ser más infinito de esta historia interminable, eres aquello que consigue llevarme a un plano superior, arriba, más arriba, a otro nivel, a un nivel misterioso en el que sólo pueden entrar unos pocos afortunados. Tú eres el premio de la ruleta de la fortuna que seguro estaba trucada por causalidades paranormales, sólo tú puedes entenderme. Ya nada más me hace falta para sentirme completa, porque tú no puedes proporcionarme todas las respuestas de la vida mortal o inmortal, pero puedes hacerme compartir las preguntas y entregarme con pasión tu mirada limpia, transparente, del más allá, y con esa mirada enorme contarme que todo está bien aunque sigamos siendo unos ignorantes. Con esa mirada gigantesca me das mucho en que pensar, tras la ignorancia, la luz, eso eres tú, eso es tu mirada. Tus ojos, mi patria, tu luz, mi libertad, tu esencia, mi lucha, tu boca, mi bandera, tu pecho, mi cama, tú entera, mi hogar. La luz que me ilumina y se abre paso entre la mentira infiel, la luz noble, la luz de la verdad. Porque nosotras, cielo, en el fondo sabemos la verdad. Nosotras tenemos amor. Y eso es lo que cuenta. Te amo, amor.

viernes, 20 de julio de 2012

38. De reposiciones va la cosa.

El destino perforaba nuestros anhelos como balas que traspasan la carne impoluta. Lentamente se truncaban nuestros planes, y la estabilidad que tratábamos de construir se iba convirtiendo paulatinamente en un teatro, además, de bajo presupuesto, callejero. Yo era menos, tú eras más. Yo esperaba más, tu esperabas menos. Tú, allí. Yo, allá. Las dos, de acá. ¿Qué iba a pasar después?

Las horas se rellenaban a sí mismas con responsabilidades y capas y capas de vida adulta y las niñeces en forma de recuerdo me acechaban en la noche cuando y donde nadie más podía oírlas. Yo caía en mi habitual espiral de auto-destrucción y auto-compasión(siempre he sido muy autónoma, me gusta hacer las cosas por mí misma y me molesta que se metan en mi territorio) y no podía dejar de lamentarme por no haberte hablado, por haber sido cobarde, por...PERO, ¿Y QUÉ? Adiós, adiós, esfúmate.

Yo me enfadaba de nuevo, como siempre, y me juraba no volver a hablarte y te culpaba por jugar y por abandonarme. Te odiaba. No quería volver a sentir nada hacia ti, ni que tu mirada, tus palabras, tu calor me consolaran para después hacerme sentir engañada. Me amargaba y decidía no verte nunca más. Y todo esto yo lo decidía cuando en realidad tú ya habías desaparecido del mapa.

Pero entonces, Dios sabe por qué, aparecías. Aparecías y yo soltaba toda aquella mierda sobre ti. Y lo aguantabas estoicamente, de una pieza, como si fueras alguien muy amable, como si fueras una gran persona. Y me apaciguabas, ignorabas mis insultos y reproches como si no fueran ofensivos y como si tú no fueras culpable. Te exculpabas, te deshacías de la culpa pero yo no me creía tu comedia. Aún así, me hacías flaquear, y dudar. Quizá no fueras tan mala persona. Quizá yo fuera demasiado visceral, intolerante, incomprensiva. ¿Quién sabe? Tú eras la paz, yo la guerra. Pero tú eras el detonante, y yo el tratado en cuestión. Era todo tan contradictorio, y recíproco. La impotencia del todo ya creado, el todo inamovible, el todo estático y eterno. Yo te quería, incluso a ese todo que a mí me lo parecía, pero tú no lo sé. A veces aún me pregunto porqué me sigues y porqué me seguías. 

Tú, allí. Yo, allá. Las dos, de acá. ¿Qué va a pasar después? 

martes, 19 de junio de 2012

2. Ella, contradictoria.

Harriet era demasiado individualista como para abandonar su alma al cuerpo. La máxima expresión de este abandono, era, sin duda, el sexo. ¿Aquellos años de rigurosa educación católica habían dejado huella en los pensamientos del alado ser? No, era algo mucho más profundo. La Poetisa había entendido el pecado carnal como algo totalmente animal.

Ella no podía soportar la idea de prescindir de su alma, genuina, que la diferenciaba de la masa ingente, decadente y mundanal que era la humanidad. Esa masa que ignoraba su propia conciencia, que convertía el mundo en un lugar mísero del que no se podía escapar. Harriet necesitaba sentirse alejada de todo eso. Para ella, dejar que el cuerpo actuara según sus instintos, hacía que el alma quedara completamente anulada. El cuerpo cubría esas necesidades, que no eran más que necesidades sin pensamientos, sin apenas emociones, tan sólo farsas sensoriales, prescindiendo de la individualidad. Cualquier ser humano tenía que cubrirlas, cualquiera sentía esas necesidades que lo igualaban con el resto, que lo despersonalizaban. No obstante, Harriet nunca fue capaz de resistirse, y, como una estrella de mar, como un gusano, como una vaca o un cerdo, sucumbía a los placeres de la reproducción, que se convertían, tras el coito, en castigos, reproches y arrepentimientos del alma, débil, incorpórea, que se desvanecía con un sólo rugir del cuerpo, ávido de alimentos sensoriales, de placer, del hedonismo sin conciencia, de la forma de hedonismo más primitiva. La Poetisa se negaba aceptar la dimensión dionisíaca que suponía olvidar su propio yo, sus recuerdos, ideas, que la diferenciaban del resto, y que ella sabía, que al fin y al cabo, acabarían muriendo y difuminándose entre el resto de energías tras la muerte igualatoria de Manrique.

Por ello se negaba también a aceptar la muerte. La Poetisa quería seguir siendo por siempre un ser libre, distinto, que estuviera por encima de los demás, por encima de la masa, que volara por encima del bien, del mal, de las emociones...quería poseer la verdad absoluta, siendo ella misma. Su mente estaba llena de contradicciones, contradicciones representadas por el cuerpo y el alma, por lo apolíneo y lo dionisíaco. Contradicciones, que, al fin y al cabo, se resumían en su individualismo anarquista y su conformismo democrático.

Ella tenía esas dos caras que se enfrentaban en una longeva guerra de trincheras, ella era Harriet, y era también la Poetisa, dos caras de una misma moneda que acabaría por fundirse en las brasas de la muerte con el resto de metales ya inertes. O quizá no. Estaba atrapada en la duda eterna.

jueves, 17 de mayo de 2012

1. Daffodil Lament.

Harriet nunca decía adiós.

Sus yemas habían devenido en cálamos y sus dedos lloraban tinta que se escurría por las falanges hasta llegar al papel en el que diluidas pero esbeltas formas componían la melodía de sus emociones y pensamientos. Era una actividad natural que realizaba su cuerpo ya metamorfoseado en las épocas de decadencia, cuando Harriet solía vendarse los ojos para poder entender mejor con el resto de los sentidos y expandir el sufrimiento al máximo con tal de regocijarse en su arte. Sus majestuosas alas, que brotaban suavemente de los omóplatos y solían desplegarse durante su euforia transitoria, se encontraban ahora recogidas y sucias. Éstas eran casi transparentes, translúcidas, y cuando surcaba los cielos de la excitación, los rayos del sol solían atravesar la dulce piel que envolvía sus cartílagos y que convertía esa luz en algo aún más intenso, dando al resto de su cuerpo un aire profetizador.

Ahora, en la noche taciturna y sin luna que alumbrara su penumbra, las alas de Harriet se habían tornado completamente oscuras, habían perdido su brillo y servían de escudo a la Poetisa, que se enredaba en ellas como una tortuga se escondía bajo su caparazón, al a par que éstas se convertían en gris cartón-piedra. En cualquier caso, esas monstruosas extremidades que la diferenciaban del resto, le permitían sobrevivir en aquel mundo que ella decía no haber creado, aunque en el fondo sabía que todo era cosa de su mente engañosa y escurridiza, que predicaba libertad cuando se unía a ella haciéndola olvidar los incesantes desdobles que después Harriet tenía que sufrir. Nadie sabía dónde estaba, nadie podía verla, pero ella estaba allí, sintiendo que estaba sintiendo demasiado y que no tenía suficiente que sentir como para sentir de tal manera.

El Tener. La Fe. La Verdad. La Confianza. Todo eso desaparecía con tan solo una gota de pensamiento maldito que inundaba el día a día de paralizadas y estáticas repeticiones que se sucedían como si de una pesadilla infinita se tratara y anulaban cualquier ilusión o creencia a medio o largo plazo. La Duda. Sólo quedaba ella, infinita compañera. Con su frívola voz abstracta profetizaba la inmovilidad del Ser y la nulidad de la Existencia e impedía a Harriet estirar los músculos de su rostro para proferir sonrisas. En su lugar aparecían incesantes muecas desprovistas de futuro, muecas cargadas de angustia, soledad y, sobre todo, nihilismo. Pero antes de todo eso, Harriet fabricaba carcajadas. Fabricaba enormes carcajadas de ingenio que despertaban la alegría de los demás. La sonoridad de su risa cubría cada espacio de pena insustancial, y nadie era capaz de sospechar ni intuir entre sus armónicas espontaneidades la casi inmediata futura huida de Harriet de la dicha causada por la falta de raciocinio. El azar o el destino jugaban con ella y sus dos grandes enemigos internos, la emoción y la razón, intentaban matarse en una guerra de trincheras. Los demás ignoraban, no sabían nada. Su presencia física nunca se desvanecía y pocos eran capaces de ver su metamorfosis esencial. Su alma solía encarcelarse en sí misma. Y cuando nadie lo advertía, la Poetisa aterrizaba.

Harriet nunca decía adiós.

domingo, 13 de mayo de 2012

37.

Vale, ¿qué tal esto?:
Yo no creo en el Silencio. No puedo creer en él. No creo en Dios. Yo no creo.
No obstante, esta carencia se ha convertido en obsesión. Y al darle tanta importancia a mi falta de fe, ¿no puede eso significar que realmente hay una parte de mí que cree y que lucha contra la otra que no cree y que quiere convencerse de que nunca podrá creer cuando en realidad lo que teme es, precisamente, poder creer en algo que desconoce, que es inefable y que nunca podrá entender? Claro, puede que de manera tácita sea todo al revés, y que a escondidas de la razón mi instinto haya decidido que puede creer. Es posible que yo pueda creer pero que no quiera creer. O no. En cualquier caso, ya sea por poder y no querer o por querer y no poder, hay una contradicción. Y en la contradicción está la verdad.
Pero, ¿qué es la Verdad?

miércoles, 2 de mayo de 2012

35. Lacre, píxeles y sellos.

Nosotros éramos el lacre en un mundo de sellos.

Nos encantaba derretirnos lentamente al son de la llama eterna para iluminar las noches epistolares de los viajeros del sueño en su vigilia continuada mientras que otros seres rápidos, de vida rápida, de muerte rápida, sin sueños en vigilias continuadas, clavaban en industrial tinta azul sus sellos en los sobres blancos, impolutos, despersonalizados. Nosotros, maleables, nos extendíamos en formas amorfas para después ser fijados con la goma única de un único soñador mientras que en el resto del universo triunfaban los recambios de tinta silenciosos y aburridos, que, a diferencia de nosotros, no crepitaban de placer al dejarse embaucar por el calor de la llama que prende.

Ahora ya ni tan siquiera tenemos sellos, y yo miro triunfante a aquellos que aún buscan tinta en lugares recónditos que un día fueron modernos, y me río, socarronamente, de su desdicha que un día fue la nuestra, la de los lacres obsoletos, que tuvieron que observar su propia extinción. Ellos son los sellos en un mundo de píxeles, y recuerdan aún sus viajes, ahora irreales y virtuales, por aquellos mundos ya fríos pero ahora congelados, viajes veloces, pero viajes al fin y al cabo, no como en el mundo que ya no los necesita, que ya los ha olvidado.

¿Y de qué nos fiamos? Si todo cambia, si todos cambian, si lo moderno será mañana lo antiguo, si perderemos la cabeza por olvidar lo que está quieto, ¿qué nos queda? Algunos anticuados intentamos agarrar los momentos pero estos se esfuman y nos agarramos al también siempre cambiante recuerdo. Ya no tenemos ni recuerdos duraderos. ¿Qué hacer, si el mundo no cesa y nuestra mente no concibe lo distinto? ¿Qué hacer cuando lo nimio nunca queda pero lo universal se queda quieto? ¿Qué hacer, cuando al fin y al cabo el lacre, la tinta y los píxeles no son más que realidades efímeras, fugaces, artificiales? No tenemos nada, nada, y nada vale en esta vida, ni lo material ni lo inmaterial permanecen, ni siquiera tenemos alma, ni siquiera tenemos silencio, nunca lo tuvimos, nunca lo tendremos. ¿Qué hacemos aquí, absurdos, si ya no creemos? ¿Cómo vivir si no hay libertad, cómo soñar si no hay cielo, cómo entender si no hay fe, cómo querer si no hay nada por lo que uno quiera querer?

Por eso los que no sabemos, los que ya no creemos, queremos ser el lacre antiguo de este mundo de píxeles y sellos, porque queremos añorar algo y enaltecerlo precisamente por no saber cómo fue tenerlo, precisamente por carecer de presente, futuro, espacio, tiempo.

Nosotros quisimos ser la idea en un mundo de necios.

martes, 1 de mayo de 2012

33. Silencio.

Trasnocho a menudo por una chispa de silencio. Cuando todos se han ido, cuando todos se han marchado, me siento triste. Tengo miedo. Al principio, siento miedo. Antes, justo antes de que me dejen, estoy aterrorizada. Soy una cobarde, no quiero quedarme sola. A solas conmigo misma. No quiero que se larguen y me dejen aquí sentada. Ruidos, fuera. Luces, fuera. Voces, fuera. Aquí no hay nada. Aquí solo estoy yo y mis emociones, que explotan y lo manchan todo con su intensidad. Quién sabe, puede que inconscientemente quiera quedarme a solas, y de ahí mi insomnio crónico y el que adore la noche.

A veces rezo. Rezo en mi cabeza para cubrir con lo sacro los demás paganos pensamientos, que igual que el ruido, no me dejan ser yo, no me dejan ver el yo. Rezo para acercarme un poco más al silencio, y me imagino en una capilla con una bóveda de cielo azul oscuro amargo, cubierto de una translúcida capa de brillantina que son las estrellas, que con su luz tan intensa ciegan mis lágrimas y las secan. Yo sé que no van en consonancia emoción y pensamiento, sé que no puedo entenderlo, pero yo quiero entenderlo, quiero creer en algo que entiendo. Y me siento perdida, muy perdida. Cada noche estoy perdida conmigo, bajo esa bóveda infinita. No puedo explicarme nada, nada de lo que ocurre, y me desespero. No puedo entender porqué siento lo que siento ni qué es lo que siento. Me calmo, rezo, rezo, rezo. La clave la tiene el silencio y yo rezo, rezo. Cuando rezo, me acerco a esa chispa de silencio, cuando por fin los suspiros ahogados de la desesperación son asesinados por la belleza de la naturaleza imaginaria, rezo. Entonces, casi puedo oler el silencio. Y ni siquiera está el yo, que tanto me asusta. Bueno, sí que está, pero es pequeñito, y lejano. En realidad me atrae hacia él. Yo quiero conocerlo, pero no se deja. 

Quizá eso sea yo, el silencio al que nunca llego a tocar. Y quizá por eso me de miedo quedarme sola, porque sé que no lo alcanzo, y que no llego a rozarlo, y que el silencio me mira altivo, me miro altiva, por encima del hombro, y me río de lo terrenal y de mí misma, de esa infeliz que no puede alcanzarse, alcanzarme. Pero el silencio sabe que hubo un glorioso momento en el que lo alcancé, fuimos uno. Eso hace que se sienta aún más poderoso, porque sabe que yo sé lo que significa, y sabe que al probar su veneno quedé hipnotizada para siempre. Él se me apareció como algo divino y yo, desorientada, me agarré a él cuando más lo necesitaba. Silencio. ¿Dónde estás, que no te encuentro? Te busco entre las horas pero me parecen ficticias, y tú eres demasiado real para esconderte en el tiempo. Te busco entre mis sábanas, húmedas y frías, que con indiferencia observan cada noche mi vigilia. Te busco eternamente, te busco y no te encuentro. Quizá estés en un acorde disonante, quizá, en el viento, quizá estés en la lluvia, quizá estés en lo incorpóreo, lo abstracto, todo aquello tan misterioso e inexplicable que se convierte en necesidad creer en ello. 

Cada noche te busco yo sola, silencio, mi silencio. Pero nunca te encuentro. Saldré fuera a buscarte esta noche, saldré a palpar lo que me susurre el viento. Saldré donde no haya tic-tacs ni silencios opacos, forzados a permanecer entre cuatro paredes opresoras. Saldré a la libertad, silencio. Y allí, en ese lugar anhelado, en ese lugar extraño y desconocido, amado precisamente por eso, más preciado que todo lo ya experimentado, allá, en nuestra libertad, nos encontraremos.

lunes, 19 de marzo de 2012

3. Bebop ASS!

Tchás, tchás, tchás.

Psssssss, pum, tatán.

Pribiribirí, piribiribirí, piribiribirí.

Beatbeatbeatbeatbeatbeatbeatbeatbeatbeatbeatbeat, BEAT.

Bobombón, bobobombón, bobobobobobombón.

Tchás.

lunes, 5 de marzo de 2012

42. La chirla, el sector más castigado.

Era una entidad inefable.

Su belleza no era extrema, pero sí exquisita, imperceptible para aquellas almas vacías pero de gran atractivo para los más melodramáticos e hipersensibles. Su voz suave parecía peligrosamente persuasiva, pero su devoción absoluta a Dios se correspondía con su inmensa bondad, por ello su dulzura no representaba ningún riesgo. Tenía en la sonrisa el brillo de un alma libre, mas sus ojos atormentados en los que solían arremolinarse lágrimas de opresión, revelaban la verdad sobre su vida. Su sentimiento consiguió enmudecer a toda la sala.

Caminaba por inercia, sus dedos aglutinados apretaban su corazón contra su pecho ardiente, palpitante, como impidiendo a este gritar lo que deseaba, y sus labios, firmes, recitaban oraciones acompañadas del casi imperceptible balanceo de su murmullo vehemente. Era como si en aquella capilla maldita no hubiera nadie más, como si un halo de divinidad se hubiera creado a su alrededor, elevándola en su miseria y en su dolor. Fue un regalo poder contemplar aquel espectáculo de sentimiento, aquella expresión de congoja infinita, aquellos pasos que daban la sensación de sostenerse en el aire. Ensimismada en su Dios, huyendo de sí misma, sumida en las profundidades escarpadas de lo injusto, se aislaba de toda escena real, evitando aquellos pensamientos oscuros que solían acribillarla en los momentos más inoportunos.

Tras sus heroicos esfuerzos por no mostrar su debilidad en su completa desnudez, sus piernas se doblegaron dejando caérsele el alma a los pies, y rogó con fervor a su Altísimo que la librara de ese mal, de ese castigo que la naturaleza le había otorgado, de ese pecado intrínseco en su naturaleza desdichada. Ella, la más dedicada, la más devota, la más creyente, de las pocas que sentía la llamada verdadera del Señor y que entendía el amor recíproco e íntimo que éste y ella debían profesarse. Ella, la más delicada, la más mística, de las pocas que sabía a qué sabía la unión espiritual con el Ser más elevado. Ella y sólo ella, que coincidía incluso con las barbaries modernas más absurdas que los representantes predicaban. Ella, había sido castigada con una de esos deseos prohibidos por los libros sagrados desde hacía siglos. Ella y sólo ella, tenía que soportar esa carga. Ella.

Terminó la oratoria y siguió arrodillada sufriendo por sus pecados, y mientras todos se preguntaban qué le pasaba a aquella mujer misteriosa, yo supe que la chirla, no dormía nunca.

domingo, 26 de febrero de 2012

45. Esclavos de vuestra libertad.

Gritad.
Enjugad vuestras lágrimas,
vacías aparentemente,
con la causa de vuestro mal.

Arrastraos.
Ensuciad vuestro rostro,
con piedras preciosas,
ambición, codicia, odio.

Recolectad.
Ciegos bienes, patrimonios,
sin límites, sin quejas,
ignorando que son caducifolios.

Desorientados
quemaréis asustados
cuando no os quede nada,
las viejas glorias del ayer.

Desconcertados
como autómatas sin pan,
vomitaréis miserias,
sin techo, sin vida, sin calor, sin fe.

Abriréis los ojos,
protestaréis,
impotentes descubriréis,
lo que es la traición.

Sin posesiones,
entonces veréis,
lo que vale y lo que no,
lo que es la estafa, la pasión.

Os privarán de lo innecesario,
lo antinatural, lo artificial,
no lo entenderéis,
pero entonces, al fin...

Comprenderéis que sois esclavos
de la falaz libertad
que oprime el seso,
las ganas,
el sentimiento,
la vida,
la verdad.

miércoles, 15 de febrero de 2012

41. Enterrado, yo.

La una y dejan rastro
mis vivencias cotidianas
en el pensamiento que se pierde
en las reflexiones más mundanas.

Paso a paso el segundero
va trazando el desperdicio
que suponen los excesos,
los vicios turbios, obsoletos.

¿Qué hay, más, pues? Si
no quiero ver, tras esta dichosa
pared anodina que cubre de
hastío la convivencia forzosa.

¿Que nos salva, entonces? Si
entre estos llenos y vacíos
nos perdemos los yoes soberbios
sin poder cultivar lo baldío.

Tú, yo amargo, que me lanza
sin remedio al desequilibrio
arrastrándome suplicante
entre mares de puñales y yerros.

Tú, yo invisible, que sin apenas
esforzarte intentas frenar
la pasión y la furia del otro,
que nostálgico impide avanzar.

Yo, y sólo yo, anulado yo,
que no te dejan gritar,
que tu llanto se difumina en
la cáscara opresora.

Yo, y sólo yo, anulado yo,
que no es capaz de proferir
una nota más alta o aguda
que la monótona rutina.

Yo, y sólo yo, anulado yo,
que surge del hartazgo y la
tensión ineludible entre contrarios,
desnúdanos a tu antojo.

Las dos y el tiempo pasa,
la ficción nos abraza y amenaza con
poner, por fin, sin saber que
es un aliciente, punto final a la vida.

Las tres y el minutero,
parece estancado en mi memoria,
que naufraga errante en sí misma,
ensimismada en sus tragicomedias.

Las cuatro y no quedan párpados
que puedan paliar este insomnio,
que me ancla en mi bucle helado
asfixiándome en la existencia.

Yo,
ahogas,
cada
yo.

Yo,
ocultas,
cada
yo.

Yo,
oprimes,
al
yo.

sábado, 21 de enero de 2012

40. Banal petición en forma epistolar.

Querida parte visceral:
Esta desposesión me está matando.
Iré en contra de mi voluntad al pensar esto y contártelo, iré en contra de mis supuestos principios, de mis creencias, me contradiré, pero no puedo ser incongruente ni quiero serlo conmigo misma. Es insoportable saber que estoy haciendo lo correcto deseando hacer lo que no debo, es casi inhumano ser tan humano, tan racional, y no abocarse a ese deseo que esa voz quebrada, que eres tú, bandida, me recuerda a gritos a cada momento.

¿Deja el exceso de moderación de ser, eso mismo, moderado? Porque siento que sobrepaso los límites y me desbordo cada vez que me contengo. Sé qué debería ser lo correcto, pero no sé si lo es para mí.

Siento haberte culpado de mis errores, siento haberme exculpado usándote de pretexto, de verdad que lo siento, pero, vieja amiga, ahora no entiendo porque me has abandonado, justo cuando más te necesito. Creo que el miedo te puede. Deberías salir, romper las cadenas, como antes. Esta será la única ocasión en que te lo pida, así que te aconsejo no ignorar esta oportunidad. Esta noche te reservo el papel estrella, tú solo compórtate como solías hacerlo. Pero no en aquello que me pueda hacer perder, sino en aquello que me haga ganar.

Oh, no...quizá sea eso, ¿verdad? Soy una ignorante. Y tú has medrado, y ahora piensas y controlas y sabes. Quizá sabes que esto me puede llevar a no resucitarte jamás, ¿no? Quizá. ¿O puede que yo misma, inconscientemente, te haya asesinado ya? Tú me hacías ser quién era y por eso me querían.

¿Y ahora, quién soy?

Echo en falta tu presencia, compañera, pero pensándolo mejor, no te voy a pedir que vuelvas. Haz lo que debas, quiero mantenerme ajena a cualquier descubrimiento si es que así debe ser. Ignora lo dicho anteriormente, no sé si quiero recuperarte. En cualquier caso, el miedo también ha llegado a mí. Y algo soy, diferente, eso sí. Quizá no sea miedo, quizá sea prudencia. Es difícil establecer los límites, pero eso ahora no importa. Que sea lo que tenga que ser. Gracias por no dejarte convencer y ser, contrariamente a tu naturaleza, firme. Ah, la euforia te manda recuerdos, dice que ya no es lo mismo sin ti.
Atte.: la Desposada.

miércoles, 4 de enero de 2012

40. Did I say...?

No quiero olvidarte.

No quiero olvidar tus palabras, antes inseguras, ahora protectoras. No quiero olvidar tus miradas, antes de admiración, ahora de ternura. No quiero olvidar tus sonrisas, antes sedientas, ahora nostálgicas. No quiero olvidar tus abrazos, antes indispensables, ahora imprescindibles.

¿Sabes? En el fondo, nada ha cambiado. En el fondo, tú tan solo has crecido, y yo me he encogido, pero, tú y yo, yo y tú, somos tú y yo, y yo y tú, y, no puedo imaginar una discusión, cualquiera, en la que en realidad no esté odiando tener que herirte, y no puedo imaginar un solo momento en el que escuche tu voz y no me sienta a gusto, y no puedo imaginar una lágrima mía sin tu hombro como embalse, porque tus brazos son como una acogedora presa que retiene toda la pena que derramo, como una fuerte presa, bien construida, estable, quizá demasiado rígida a veces, pero eficaz al fin y al cabo. Hay que reconocer que hubo un tiempo en el que se desbordó, pero sabes, no es que fuera culpa de ella, quizá la tormenta fue demasiado monstruosa, quizá duró demasiado, no lo sé, pero no puedo evitar pensar que un embalse, que todavía hoy por hoy, a pesar de los millones de rayos y truenos caídos, y de los litros de dolor acumulados, sigue ahí, sigue ahí, reteniendo y soltando con delicadeza, transformando las sucias gotas en agua de regadío, en semilla de creación, en arte, en inspiración, es un regalo de las manos que la hicieron.

Aunque si sólo fueras eso...eres mucho más. Eres la carcajada más inmensa que puedo llegar a soltar, eres la sonrisa más sincera que puedo llegar a sacar, eres la emoción más intensa que puedo llegar a experimentar, y todo eso, con un simple roce de manos, con una de esas miradas cómplices, con un par de palabras. Aunque no lo demuestre, aunque no pueda, aunque por mucho que lo intente me sea imposible explicarte cuánto significas para mí, sé que tú lo sabes. Y sé que tenemos una cosa, que no sé qué es, pero la tenemos, la compartimos y somos dos, y lo somos.

No sé o no quiero saber como lo ves tú, no sé o no quiero saber porqué no me atrevo nunca a agarrarte y decirte todo lo que me haces sentir, todo el tiempo que me haces perder pensando en ti, toda la ilusión que despiertas en este mundo absurdo. No sé o no quiero saber en qué punto estás tú y en que punto estoy yo. Pero lo sé. Eres especial.

Hemos cambiado, sí, pero no quiero olvidarte, y no quiero olvidarnos. Puede que no me lo merezca, puede que deba pedirte perdón, y tú a mí, ¿porqué no? Puede que nos hayamos equivocado, y puede que no nos veamos como quisiéramos, que no hablemos lo que debemos, que no nos comportemos porque no podemos, pero sabes, somos felices, o lo éramos. Cuando estamos y somos, da igual dónde, cuándo, cómo, somos felices. Y no quiero, de ninguna manera, perder eso.

Pero debo.

Perdóname por ser cobarde, perdóname por ser tan vulnerable, perdóname por odiarme, perdóname por confundirme, por no saber, por no olvidarme de que no es real, por no poder, como tú, dejar a un lado las obsesiones, los yoes, perdóname por hacerte estar pendiente, perdóname por no estar a la altura, perdóname, de verdad.

Aunque voy a ser justa y no me manipules porque yo a ti no voy a perdonarte.

Me niego a perdonarte.

That I need you.

martes, 3 de enero de 2012

39. Radical, de ratas y rutinas.

Rectifico.

No era vacío lo que necesitaba, mas estoy harta de la plenitud. Ahora sí que estoy perdida por completo. Sé lo que no quiero, lo que no necesito, lo que aborrezco, pero no sé lo que puede salvarme.

Es como si estuviera rodeada, encerrada en y protegida por una inmensa cáscara social con gruesas capas de obligaciones, costumbres, manías, tics, objetivos a corto y largo plazo, pensamientos superfluos, personas, relaciones, y un sinfín de momentos aparentemente distintos pero realmente monótonos. Esa es la mitad de la rutina. La otra mitad está en el interior, dentro de esa cáscara. Es el vacío, la no nada, la falta de sustancia. Esa parte es precisamente la que me hace ver que la cáscara, es cáscara, me hace darme cuenta de su verdadera naturaleza gris, oscura, falsa. El interior más profundo me hace percatarme de que no hay ni colores, ni sabores, ni olores, ni variedades, tonalidades, posibilidades distintas en esa cáscara, y que esa cáscara, compuesta de diversas capas, no es más que una masa ingente de vida. Una masa ingente y absurda, en la que ni una sola cosa cobra sentido si uno no está demasiado cegado o embriagado como para no mirar desde dentro. Porque no nos engañemos, amigos, la vida, la vida es la cáscara. A nadie le importa el vacío, absolutamente a nadie. ¿Gurús? ¿Amigos? ¿Familia? No. Necesitamos comer, beber, dormir y follar. ¿Y luego qué? No hay nada, nada. La inercia nos mueve, por lo menos a mí, me mueve. Y esas necesidades se convierten en algo ruin, inmundo, y fuera de eso, lo artificial, las consecuencias de esas necesidades, se convierten en algo aún peor, algo movido por esas necesidades ruines e inmundas, el piojo de la rata. Cómo si no tuviéramos ya bastante con la propia rata. Pobres complejas ratas, me pregunto qué sentirán ellas, me pregunto si sentirán. ¿Sufren? No lo sé. Una cosa es segura, en el fondo soy como una de ellas. Me muevo con su misma inercia, como un autómata, porque así me programó Dios, la Naturaleza, Lo Que Sea. Y luego nada. El pensamiento que hace que perdamos el entusiasmo o lo ganemos. El pensamiento que me pregunto si tendrán las ratas. Desearía saber eso, y saber también, si hay ratas felices y tristes, y ricas y pobres, o si, en el fondo, son todas iguales, vivas o muertas, como los seres humanos. No somos más que ratas, y con todo el debido respeto hacia las ratas, sí. Espero no ofenderlas señoras ratas, porque creo haberme equivocado. Somos peores que ustedes, porque nosotros, podemos ser conscientes de nuestra condición, pero somos tan despreciables que ni siquiera conocemos aún ni creo que conozcamos nunca la manera de cambiarla, la manera de hacer desaparecer esa cáscara y rellenar el vacío para poder dar forma de una vez a esa masa ingente que supuestamente todos deberíamos apreciar.

lunes, 12 de diciembre de 2011

3. Amor.

-Lucirnos, sí, ahora ese es nuestro único objetivo. Te parecerá bonito...Tú creaste esto, tú, tú fuiste quien inventó esta competencia desleal, tú, que eres pura ambición y codicia, tú. Maldita sea.
-No te equivoques, amor, no. Te juro que no es así.
-No puedes atreverte a negarlo, sólo tú tienes la culpa.
-Sí, amor, sí, SOMOS una incesante disputa, SOMOS, tanto yo, como tú, un sinfín de ostentación. SOMOS el tener, el mostrar, el valer y demostrar. No lo niego, lo SOMOS. Tú y yo. Es decir, NO SOMOS.
-Me has convertido, tú a mí. Lo sabes, y ahora no hay remedio. No intentes persuadirme.
-No, amor, no, piénsalo. Te juro que no es así.
-¿Ahora qué hago? ¿Eh? ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Rendirme?
-Si tú lo ves así...
-No puedo ganarte, no puedo, eres más y más y más que yo.
-No, no soy más. Te adoro. Pero no te has dado aún cuenta, amor. Yo no soy más por tener más, yo no soy más ni menos que tú, yo no soy más por hacer más. Y no, amor, no, yo no te he inducido a nada, no, no te he obligado a competir, no, no quise hacernos daño, y te aseguro que no hay culpa, no existe, solo surgió. No puedes rendirte, y no puedo ganarte, porque esto no es real. No puedes perder porque no jugábamos a nada. No, amor, no, eso no fue así. Sólo quisimos querernos, y ya ves, eso nos llevó a un bucle de odio y rencor
-¿Pero qué dices? Estás completamente trastornada.
-No, no lo estoy, amor. ¿O acaso crees que quise desterrarte, usurpar tus propiedades?
-Me quitaste todo.
-Imposible; no existe la propiedad en este contexto. Tú dejaste salir, yo dejé entrar. ¿Pues qué, amor, qué? ¿Era eso propiedad?
-Era mío.
-Te equivocas. No era tuyo y ahora no es ni tan siquiera mío. La codicia, la ambición, aquella vanidad, ostentación, sólo demuestra mi pobreza, de la que ahora intento deshacerme; deshacernos. Poco a poco, asumiendo, con palabras sinceras. Te lo prometo. Amor, no, no era real, era pura farsa, amor, no, no era sentimiento, era una coraza. NO FUIMOS. Comencemos a SER.
-Sólo quieres confundirme...
-Te prometo que no, amor. Olvida esta pesadilla, no hay valor, no hay ayer, ni mañana, sólo estamos tú y yo. Olvídalo, amor. Aquí ya no queda nada. Te desnudo.
-Te desnudo.
-¿Ves? Ya nos hemos desnudado, despojado, ya nada importa.
-Lo sé; pero...
-¿Pero?
-¿Cómo afrontarlo? Se ha terminado.
-No; está comenzando.

domingo, 11 de diciembre de 2011

44. Vacío, por favor.

Antes, solía asociar mi malestar al sentimiento de vacío.
Ahora, es justo lo contrario.
Me siento tan llena que me desbordo, poseo tanto que voy a salirme de la piel, me colapsaré si no me rompo, moriré de plenitud. No sé como tocar tantos palos si soy manca, nunca me enseñaron a vivir entre ideas sin fin. Mi mente no duerme, nunca para, no descansa, y mi cuerpo intenta seguir su ritmo con algún que otro traspié. El día no me basta y la noche es muy corta, parece que no llego, no llego a la meta, no llego al desenlace, no llego a sentir, no llego a dormir, no llego a vivir. Errante, entre cafeína y constantes cabezadas da la sensación de que produzco, produzco, produzco, pero no saco nada en claro al fin y al cabo, no puedo ver la luz más que en un halo difuminado, entre sombras tétricas que funden el descanso. Angustia, de pronto, cansancio, incertidumbre, confusión. Hay tantos objetivos que no tienen ya significado, hay tanto que hacer que ha perdido su valor, hay tanto, hay tantísimo que ya no diferencio entre lo real, y lo inventado, entre lo que me inculcaron y lo que siempre quise yo. Tengo que escapar, tengo que salir, librarme de estas cadenas que esclavizan mi alma ya muda, escondida, entre tinieblas. Quiero vaciarme, quiero vaciarme, quiero vaciarme. Necesito vaciarme.
Vaciarme.

domingo, 27 de noviembre de 2011

32.

últimamente no dejo de preguntarme porqué me llamaba profeta, de dónde lo sacó
si yo aún era enorme, gigante, grandiosa, ¿cómo pudo saberlo?
yo profeta, entonces ella clarividente
ahora sé que me he vuelto minúscula, que casi no me veo, no puedo verme porque resulta que no estoy y se ha suprimido, como por arte de un proceso incognoscible, cualquier atisbo de personalidad humana
anonadada en la nonada no dada
maestros del mundo, gritadme en silencio,
ayudadme a silenciar estos gritos insinceros
gritan porque saben que están muriendo, mueren, matan,
es placentero el llanto por su significado
ni grande ni chico, sin medidas, sólo es
no importa cuestionarse ni plantearse, nada importa porque no hay nada
no
gritan porque mueren, no quieren despegarse, no quieren pero quieren y el dolor duele y lo que duele cura y no hiere, hace ser, ser hace, se es, poco a poco, lentamente, de manera retorcida arranca cada grito, cada llanto, cada llanto impuro para llegar a tocar aunque sea de lejos la pureza del silencio, el silencio vacío, sin nombre, sin lugar, sin tiempo, eterno
y alcanza la virtud desvirtuada, la virtud impecable, inefable, y llega
y es olvidado lo demás la realidad irreal y lo tocable e intocable se intercambian los papeles y todo es paradoja y contradicción
es amor puro
es
eso es ser
no queda una opción porque no existen decisiones y no quedan sentimientos porque la plenitud que es vacuidad todo lo invaden
el contenido se halla sin hallarse, deformado, sin cuestiones
¿desvarío?
no importa, no se entiende, no se siente, no se explica, no se puede
ES.

lunes, 21 de noviembre de 2011

31. La eternidad en un segundo.

Entré en la habitación y tuve la sensación de que sus paredes se derrumbaban sobre mí. Los párpados me pesaban y no podían soportar los torrentes de letras perdidas azules, verdes, rosas, negras y rojas, ahogando la realidad aparente. Los distintos pictogramas y caligrafías amenazaban con convertirse en borrones deformados y mi mente sentía que éstos se esparcían por todo el espacio como si unos dedos torpes e iracundos dibujaran infinitos ríos de tinta con cianuro.

Me rodeé a mí misma en un intento desesperado por escapar de todas aquellas figuras del pasado de contenido altamente homicida que se transformaban ahora en sombras grotescas indistinguibles de la realidad. No podía salir de aquello. Y justo cuando parecía que iba a reventar, me elevé de manera suave. Quedé encarcelada por mí misma en ese trance inefable, ya sufrido anteriormente, durante el cual me desapegué de cualquier realidad palpable, incluso intelectual y llegué más allá, mucho más allá, sin poder sentir realmente, sin poder pensar ni tan siquiera cuestionar, observando desde fuera toda aquella tormenta que sacudía mi cuerpo y mente con violencia y empujaba a ese yo, tanto interno como externo, hacia un precipicio infinito, abocándolo al abandono de la parte racional.

Yo ahora era, era ello, no aquello. No quería entrar en aquello de nuevo. Volver al incesante debate entre la oscura creatividad y la dicha artificial. Volver a escoger entre la guerra, el bombardeo de ideas y la paz insustancial. Estaba allí, fuera, ni bien, ni mal, sin papel. Estaba, simplemente. Observaba como las dos realidades, una escarpada y profunda y la otra llana y superficial, luchaban por el dominio absolutista de mi alma, concebida como temporalmente conflictiva, durante la estancia de sí misma en su propio interior.

Mas yo ya no era aquello, sino ello. Por un tiempo indefinido, fui, y al ser, no pude estar, sino que fue un instante eterno, de definición ausente y carente de inteligibilidad. La luz del ello me invadió, dejando a un lado la sangre, la pulsación, las neuronas, aquello. Fui, no yo, no, sino que fui. Fui pensamiento puro, seguro, objetivo y estático, sin ningún tipo de duda, fui.

Y al volver al aquello, al tornar a querer huir, salir de esa habitación misteriosa que despertó en mí todas aquellas "no-sensaciones", tuve la claridad mental más intensa que jamás había tenido, y sentí como si mis ideas estuvieran expuestas en una fuente cristalina de agua pura y limpia, en lugar de la turbiedad que sentí con aquellos inacabables párrafos de nostalgia, solitud y melancolía. Ahora era distinto. La vida empezaba en el aquello y acababa en el ello. Ahora era distinto, por el momento.

martes, 8 de noviembre de 2011

30. Confesión total.

Siempre detrás de algo enorme, distante, sensacional, siempre luchando. Siempre compitiendo por una décima más, una palabra más, un céntimo más. Desde dentro y hacia fuera, siempre presionando hasta el límite. Desde dentro el engaño, y hacia fuera, la estafa.

Te hacen creer que quieres lo que no quieres, que eres lo que no eres, que no importas por ti mismo, sino por lo que hagas, que lo que se valora no es tu naturaleza, sino tu capacidad para transformarla y deformarla y degradarla hasta pasar a ser un número más, cifras, cifras valoradas en cantidades ingentes o minúsculas, ingentes si triunfas, minúsculas si fracasas. Te hacen creer que pelear no es otra cosa que quedar por encima de los demás, manipular y someter, parecer más culto, más bello, más feliz. Tener de todo y mucho, que se note que no hay necesidad, que la vida es perfecta, que no es necesario nada más, que el esfuerzo de vivir ahogado en la ficción no es más que un deseo que nace del interior. Te hacen creer que formas parte de esa estúpida y burda realidad.

Pero es mentira. Es todo una absurda mentira. Estoy harta de parecer quien no soy, harta de papeles, funciones, fingimiento. Harta de desarrollar capacidades que nunca quise desarrollar de esa manera, harta de que lo que podría incluso gustarme, se convierta en un suplicio. Estoy harta de amenazas, de hacer esto para conseguir lo otro, de esforzarme al máximo y aún así decepcionar, de que me exijan todos más y más y más, de que nunca sea suficiente, de que me chantajeen y me hagan creer que soy yo misma la perfeccionista, la exigente, la chica bien educada. ES MENTIRA. No es una buena educación, no es exigencia, es todo por temor, no hay ni responsabilidad, ni elección, todo es forzado, soy un autómata que se mueve por sensores y cuyo único objetivo es, hoy por hoy, huir. Hubo un momento en el que desistí, en el que dejé a un lado todo y me sometí, dejé a otros, una vez más, decidir por mí, y ahora, tarde, me doy cuenta de mi error, y sufriré, sufriré con tal de que nadie me vuelva nunca más a controlar, a decirme lo que está bien y lo que está mal, ni a hacerme sentir como si no fuera nada, ni nadie, si no cumplo con lo que quieren que cumpla los demás. ES MENTIRA.

A ver si os enteráis ya. No existe nada más, dejaos de parafernalia, lava-cerebros, cerebritos lavados, daos cuenta ya de la importancia real de las cosas, dejad de querer hacer igual de infelices a los demás. ES MENTIRA. Lo vuestro no es felicidad, y la ambición y la codicia os hundirán y al final de vuestros días sabréis que ES MENTIRA, que no es real.

lunes, 7 de noviembre de 2011

29. Rain down on me.

El día ha caído, la noche, las horas, el ayer, el mañana, todos, han caído. En ningún lugar hay ya cabida, queremos salir, volar, volar, sanar. Queremos ser sin tener, queremos no reír, no llorar, sentir sin sentir, estar allá donde nadie más pueda estar, no pensar, ignorar en soledad no romper, ni construir, ni poseer, ni tener la necesidad de entender, alcanzar la unidad, simple y compleja, la eternidad, la esencia, la realidad, no volver nunca jamás, inconsciencia, absolutismo, allá, allá, más allá.

Y yo, yo, yo, yo, yo, yo...yoyoyoyoyoyoyoyo, YO.
Yo qué quiero, yo quiero detener, no medrar, ni avanzar, ni evolucionar o involucionar, parar, no volver, ni empezar, ni siquiera continuar. Hay algo más. Flotar en el momento interesante, no forzar, no rendir cuentas a nadie, no hablar con quien no quiero hablar, no soportar, no saturar. YO. EN MÍ. ENCONTRARNOS. EN MÍ. ENCONTRARNOS, y en mínuscula, encontrarnos.

No voy a prometer, ni pensar, hacer, jurar. Digo que no voy a decir, que no pienso pensar, ni intuir, ni soñar, ni crear ficción, ni realidad. Seré, y ya está. Seré sin predecir. Seré. Lo sé.


miércoles, 26 de octubre de 2011

28. Estatuas.

Caemos en en el olvido,
yo por ti, tú por ti,
encontrando en la huida,
la simulada solución.

Paliamos con quilómetros,
la necesidad enfermiza
que nos ata y esclaviza,
que con ansia aniquilamos.

Abocamos al suicidio,
tú por ti, yo por ti,
como ayer, hoy, mañana,
cualquier indicio de amor.

Nos volvemos paganas,
infieles, a otros veneramos,
colmadas de ira y cólera,
por permitirnos rendir culto a lo profano.

Tu manipulación,
mediante evasivas encubiertas,
me vuelve tu súbdita,
y tu ego es mi única salvación.

Mi intensa visceralidad,
cae en tu planificado juego,
vislumbrando los hilos
que manejas sin voluntad.

Haces, hago,
deshaces, deshago,
te sigo, te sigo, te sigo,
-¡eternamente!-te persigo.

Vengo, vas
vas, y yo voy,
volvemos como siempre,
y el objetivo se suspende.

Flotas, floto,
nos queda muy poco,
no te tengo-¿te tuve?-
se ha roto, no noto.

Me fío, confío,
aún así acabamos
Erráticas,
yo por ti-volvemos-, tú por ti,
Estáticas.

________________________________________________

Estáticas
nos alejamos,
entre luces de neón,
tras caprichos salvajes.

Estáticas
observamos,
como desemboca,
en ternura la lujuria.

Estáticas
nos mortificamos, y
me arrastras silenciosa
a la pasividad y la ignorancia.

Estáticas
atisbamos entre
los cálidos segundos,
años de amor oscuro.

Estáticas
nos dejamos
embargar y embriagar
por el hedonismo del pasado.

Estáticas
desnudamos
distantes, con el
intelecto, al intelecto.

Haces, hago,
deshaces, deshago,
te sigo, te sigo, te sigo,
-¡eternamente!-te persigo.

Vengo, vas
vas, y yo voy,
volvemos como siempre,
y el objetivo se suspende.

Flotas, floto,
nos queda muy poco,
no te tengo-¿te tuve?-
se ha roto, no noto.

Me fío, confío,
aún así acabamos
Erráticas,
yo por ti-¿recuerdas?-, tú por ti,
Estáticas.

martes, 18 de octubre de 2011

27. Nuestro dogma.

Nos maquillas,
tú,
no eres tú.
Yo-¿yo?-no,
no soy yo.

Tu piel habla,
y mis ásperas yemas,
rasgadas por las cuerdas,
hacen que calle.

Tu piel muerta,
inerte, me llama,
y mis entrañas laxas
la abrazan.

Tu piel roza
perniciosamente,
en perfecta armonía,
mi debilidad.

Tu piel me apunta,
y me rindo, y entonces
ella no dispara,
y levantamos las trincheras.

Tu piel provoca,
ardientes caídas en picado,
y nuestra sutileza, falaz,
palia el golpe.

Tu piel me deja
hecha trizas y a pedazos,
y a trompicones, torpe,
balbuceas una disculpa.

Tu piel idiota,
miente y contradice,
y en su vaivén indeciso
adora corromperme.

Tu piel me empieza
pero nunca me acaba,
e iracunda la condeno,
a no acercarse nunca.

.

Mi piel se rinde
ante tu tentadora solitud,
y nos guía por sendas
de pecado, y codicia.

Mi piel posee
nefastas aptitudes
para dejarse embaucar
por el resto de sentidos.

Mi piel se deja
disfrazar por la apariencia,
y tu remordimiento, pícaro,
me contagia su angustia.

Mi piel dorada
por tu sol más íntimo,
ciñe el asunto
a una décima de segundo.

Mi piel pensante,
razona y echa el freno,
pero el calor empuja
y tu dolor estrecha.

Mi piel oprime
explosiones sin sentido,
inefables melancolías
que buscan a tientas un pretexto.

Mi piel inventa
maneras de retener
por siempre tus momentos
lúcidos, intensos.

Mi piel carga
con la simiente de la congoja,
que fertilizará en tu tú,
en mi yo, mañana.

Nos disfrazo, yo,
sin vehemencia.
Sé que serás,
-¿tú?-
tú,
y yo, yo.

lunes, 17 de octubre de 2011

25. Crash.

Dolía en la oscuridad,
la cercanía de tu cuerpo,
el aire que se escapaba
de mi boca sedienta,
encontrándose a tientas,
con tu nuca fría
empapada en sudor,
y tu mirada hambrienta,
que en el vago silencio
escrutaba apasionada,
cualquiera de mis movimientos.

Dolía en la vigilia,
compartir tanto y crear tan poco,
hacer notar el desespero,
en poco sutiles intentos
por dejar salir el encadenado sentimiento,
a través de duelos absurdos
y palabras malsonantes,
reconciliaciones repletas de fe,
pero vacías de realidad,
de ansias colmadas,
pero ancladas, encalladas en tu inútil verdad.

Dolía el morir,
el dejarse matar durante horas,
el matar dejando atrás suspicacias,
el fingir, el volver, el ir, el venir,
el helado fuego que nos envolvía,
que nos empujaba, nos paralizaba,
el ardiente hielo que nos lo recordaba.

-¿Es buena idea?-y,
entre sueños y delirios,
yo evocaba
los labios propios,
y los tuyos,
inseguros,
que finalmente,
en ese instante puro,
con el placer,
inmenso,
se topaban.

sábado, 1 de octubre de 2011

1. This isn't happening.

Tú la ves, pero ella a ti no.
No sabes ni qué escribir, ni qué tocar, ni qué pintar. No sabes cómo luchar, no te queda nada, no puedes aguantar. Estás frente al espejo y te contemplas a través del grueso cristal por el que se filtran tus pupilas inmensas. Te ha dejado sola, en este mundo frío, se ha marchado para vivir antes que tú, y tú aquí estás, entre follones y barullos, entre calor y muchedumbres, de pie, en tu burbuja. Ves la vida pasar, los días, las horas, y hay vacío. Es más, no hay. Números, letras sin sentido, notas, folios y cuerdas. Miras hacia dentro y ahí está todo. Te agarras a algo abstracto que siempre ha estado. Y te arropa. Te quiere, te toca. Y se vuelve concreto. Entonces das un paso más, otro, otro, cada minuto, cada segundo que notas la distancia. Todo está borroso, ahí. Está. Parece. Perece. Y tienes tan claro el contenido que no puedes dejar de sentirlo. Pero es tan complicado, esto. La forma está desdibujada y el contenido se desparrama por todas partes dejando constancia en cada segundo, olor, sabor sin control, horror, calor, amor, sobre todo dolor.
Ella te ve, pero tú a ella no.

lunes, 26 de septiembre de 2011

22. Va a estallar.

Te vi consumirte y fui hacia ti,
la soledad aceleraba así,
el trayecto de tus cenizas dulces,
incandescentes,
hasta que se dieron de bruces,
bien de frente,
con tu artístico filtro
que abrigaba litros
del maquiavélico jugo antisocial,
fruto caprichoso de la infelicidad.

Te dí una calada lenta,
A la cual siguió otra y otra y otra,
Y ahora soy yo quién lamenta,
Que seas tú, quién, por contra,
Me dé caladas a mí,
Porque ella, tras extinguir
nuestro fuego intenso,
Y ahogarme con su
contaminante humo espeso
Te ahoga ahora a ti.

Fuimos tanto que no nos vimos,
Vivimos tanto que lo perdimos,
Tocamos tanto que no pensamos,
Soñamos tanto que no despertamos,
Nos comimos, nos bebimos, nos abandonamos.
Actuamos con soberana inocencia,
Reconvertida ahora en inconsciencia,
Y maquino a solas en tu ausencia,
La manera de no perder la paciencia,
Cuando te acercas, y me alientas.

Y ahora siento la necesidad,
De absorber tu nicotina oscura,
Pero el sentido del deber me tortura:
"No te dejes contaminar, ya no más,
Sólo huélela, tras la cajetilla, huélela".
Pero no sabe que ya he roto
El plástico que te envolvía,
Y que con el viejo fuego ya quemé
El cartón que nos protegía,
nos protegía de desencadenar
esta inminente HECATOMBE PERSONAL.

domingo, 25 de septiembre de 2011

21. Y yo qué puedo hacer.

A veces me asusta.
¿Sabes?
Me das miedo.
Me desgajas paso a paso, calcando cada ínfimo detalle de mi alma en ti, arropándome con sumo cuidado, captando con exactitud y ternura cada palabra, cada gesto, cada mirada.
Me acojonas.
Me desnudas la mente, el espíritu, vacías mi ser de cualquier recuerdo o pensamiento que me pueda hacer sentir incómoda y me mantienes en una burbuja anómala.
Me aterras.
Me haces entregarte absolutamente mi vida, los momentos tensos, me liberas de ellos y me persuades de que todo está bien, de que tú y yo podemos.
Me abruma.
¿Sabes?
A veces me angustia.

21. Ti, ti, ta.

Vamos a morir.
Un día exploto.
Escucha, te digo
que aguanto un poco más y me rompo.

No es la flexibilidad
mi mayor virtud,
si me vuelves a tocar
me arrancaré a tiras la piel
para no sentir en mis dedos,
en mis manos, en mi cuerpo,
en mi vida tu placer.

Sal de aquí,
aunque te haya llamado, sal,
no puedo con esta atracción fatal,
no sé cómo escapar,
no me dejas elección,
necesito respirar,
déjame aprender a respirar.
Aquí, sin ti.

No me vuelvas a incitar,
porque vamos a acabar
tirando por los suelos
estos años de razón,
cautela, precaución,
desahucio de cualquier
alocada, insana, secreta,
oculta, mutua tensión.

Déjame marchar
huir de nuestro pentagrama,
hacer corcheas y negras
y blancas y redondas
sin tu eterna mirada
de protección,
y a su vez desaprobación,
examinándome con minucia
en cada compás
y dejando entrever la lujuria,
el pecado capital,
en cada silencio,
sepulcral.

Me odias, te odio,
lo hemos intensificado,
no sé cómo saldremos,
pero esto es anormal,
neurótico, erótico,
descabellado, infernal.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

20. And for a minute there I lost myself.

Crisis de identidad.
¿Cómo llamarlo sino?
Falta de capacidad
de encuentro tras exceso
de yo,
engañosa publicidad
del entorno espeso
en carrete super ocho,
que infinitas veces ampliada,
retrata en seco corcho
la memoria ya caducada.
Es extraño, anormal,
adolescente, repelente,
oceánico y arenoso y
escalofriante y asombroso.
Mente fría, vacía,
corazón acuoso,
forzosa identificación,
espíritu lechoso.
Supresión umbilical,
conductos, vínculos, enlaces
previstos en el plan,
agobiantes bagajes
en la realidad terrenal,
desaparecidos en el plano
puro, llano, mental,
solitario humano rostro ufano.
Indiferencia indemostrable,
deferencia de lo amable,
ocultar la cara impalpable,
rellenando el espacio,
harto de probabilidades,
con lápices emocionales
en un emotivo cartapacio.
Se repite, tapando
la ausencia de empatía,
se escribe, mostrando
la firme y completa garantía
de que en espirales caminando,
pondrá punto final la vida.

Pero simplemente, hay demasiados egos.

martes, 13 de septiembre de 2011

19. Optimizar pantalla vital.

Si hay algo que me revienta, son los entendidos. No sé si es porque ellos creen entender demasiado o porque yo no entiendo nada. Preguntarse todo, extrañarse pero no sorprenderse, darle vueltas y vueltas y vueltas siempre al mismo chicle mascado. Pero al final, nada. Nunca hay nada nuevo detrás. Nada nuevo. Nada. Así que o lo suyo es mentira o simplemente yo no entiendo.

Matar el tiempo, matar la vida. Y mientras nos excitamos, nos excitan, nos abaten, nos abatimos y subimos y bajamos y salimos y entramos, nos preguntamos: ¿es esto real? Y nos evadimos. Vamos al cine, leemos, quedamos con amigos, reímos, volvemos a excitarnos y abatirnos y luego, a solas, todo vuelve a salir. Y de vez en cuando se queda ahí, a flor de piel.

Y un día si esa persona te mira, saltas. Saltas sin pensarlo, saltas sin plantearte nada, saltas olvidándote de todo lo que pensaste, de todo lo que "re-mascaste". Saltas. Y te importan una mierda las consecuencias. Saltas. Siempre había estado ahí todo, el destino lo había planeado en tus narices, lo veías venir, y en realidad lo buscabas. Pero de repente, saltas. Te haces el loco y saltas. Aunque tú ya lo sabías que ibas a saltar, pero haces como que te pilla de improvisto. Aunque tú siempre supiste o supusiste que la persona, tu persona, era ésa.

Llega una noche tonta entonces, una noche tonta, en un lugar tonto, con gente tonta y sentimientos tontos. Y ¿cómo te sientes? Tonta. Igual de tonta que todo lo demás. Y todo lo que percibes, te parece tonto. Es tonto. En general, la vida es tonta. Pero...SURPRISE.

La vida hace tonterías. Y eso gusta. Es gracioso. Es divertido. La noche hace tonterías, en ese lugar se hacen tonterías, la gente está involucrada en esas tonterías y te parece maravilloso, y los antiguos sentimientos también ahora te parecen tonterías. Y te ríes de ti mismo. Y vuelta a empezar, porque eso es lo que mola.

Lo que mola es repetir, lo que mola es cambiar, lo que mola es lo que no mola, lo que mola ya no mola. Y nos gustan las situaciones tensas, las personas difíciles, los momentos asombrosos. Y nos confundimos porque ya no distinguimos, no sabemos, pensamos y se nos va.

¡No entendemos! Pero queremos, no entender, sino querernos.

18. T(?)NR.

No es, esto no es.
No.
Nononononononononononono. NO.
Esto no está pasando, esto no es real.
No.
No quiero.
Digo, quiero.
No puedo...no podemos.
Nunca podemos.
No.
This is what you get.
No.
Hay una línea tan fina como la seda.
No.
Hay una línea de fuego.
No.
¿Por qué?
Sobrepasarla...
Bffff, no.
Y hay mucha rabia dentro.
Fuera.
No.
Pique.
No.
Celos, celos y envidia.
Dime.
¿Qué vamos a hacer?
Dime.
¿Qué va a pasar?


Prefiero no hablar.

viernes, 2 de septiembre de 2011

17. El lado oscuro.

Estoy harta, harta, cansada, cansadísima. Pero no pienso hacer un papel como ellos hacen, no pienso fingir, acobardarme, esconderme bajo una falsa piel. Me da igual parecer extraña, patética, loca...me da igual si quieren menospreciarme, rebajarme. Que hagan lo que quieran. Paso...pero no me rindo. NO ME RINDO.

jueves, 1 de septiembre de 2011

16. Igual que tú.

Los secretos son necesarios.
Las mentiras guardan secretos.
Los secretos no guardan mentiras.

Las mentiras son necesarias.

miércoles, 17 de agosto de 2011

5. Agresividad.

Ella llegó con las intenciones bien claras. El aire que se colaba por las ventanas mecía su inconfundible cabello castaño y su mirada clavada fijamente en él hizo que toda la sala quedara petrificada. Él retrocedió unos pasos mientras ella fue a por todas. Escupió palabras indignas, inapropiadas para una señorita. Él se achicó aún más. Ella sacó un revólver y apuntó directamente a su cabeza. En la sala ya no quedaba nadie. Solo él, ella y el revólver. Estaba cargado y disparar era lo fácil. No obstante, a ella siempre le habían gustado las arenas movedizas, los altos precipicios, los mares en tempestad. Nadie supo lo que ocurrió realmente, pero a ella la encontraron sin cabeza, y a él, sin corazón.

50. Como una completa idiota.

Deja de pedirme a gritos que vaya a que te perdone, porque si tú tienes orgullo, yo tengo dignidad.

lunes, 1 de agosto de 2011

49. Cafeína.

Y sal. Y tabaco negro. Y cerveza, también negra. Y un whiskey doble. Y triple. Y chocolate, esta vez más negro aún. Y limón solo. Y tequila. Y grasa, mucha grasa. Vaya un cóctel estás hecha.

jueves, 28 de julio de 2011

sábado, 2 de julio de 2011

47. Así.

Me encanta cómo eres. Me encanta que seas borde, que no te entiendas. Me encanta que me odies, que me quieras. Me encanta removerte, revolverte, que te afecte. Me encanta tu rechazo. Me encanta cómo has sido, porque tan sólo demuestra una cosa.

lunes, 27 de junio de 2011

15. Marchando un revoltijo(MONÓLOGO).

Muchas veces me pierdo, y pienso en quién seré, en quién fuí(sí, mis monosílabos llevan y llevarán tilde aunque no sea necesario por falta de heterogeneidad), en quién debiera ser. Me busco y rebusco por todos lados, por debajo del cielo y por encima del suelo, en esta franja que llamamos nuestro planeta, en esta isla que llamamos la roqueta, en este mar, en todas estas noches en vela. Desespero, agonizo, me revuelco como un miserable en su dolor, disfrutando cada punzada de vacío y perdición, y me encanta hacerlo, me encanta herirme sabiendo que no, que no me encuentro.
Pero luego me digo, me he dicho: nada, no eres nada y eres todo, eres todos.

He aprendido con el tiempo a ser mía, y sólo mía, sabiendo indudablemente que yo, no soy más que los recuerdos(la mayoría manipulados) de mi infancia, del mes pasado, de hace dos años, del mañana. Soy los recuerdos que no son míos, que son vuestros, los pedacitos que almas ajenas han ido depositando de sí mismas en mí, los pensamientos flotantes y las ideas que han penetrado y no me han dejado escapar desde entonces, que no me pertenecen, ni son mías. Yo soy suya, yo les pertenezco. Y a la vez soy mía, pero ellos no son de mí, aunque estén en mí.

He aprendido a quererles, que me acompañen, a quererme y acompañarme a mí. He aprendido que nunca estoy sola pero que siempre soy solitaria, que no necesito hacer un drama, que hasta el drama es comedia, que la comedia es el pan nuestro de cada día, que el que no ríe, no sana. He aprendido que el dolor duele, que la soledad aliena, que la necesidad aprieta, pero no mata. He aprendido que por un instante de felicidad vale una vida la pena, que todo está ahí si sabemos verlo, que siempre hay algo, por ínfimo que parezca, dispuesto a darle color al día. He aprendido que de mucho sirve la melancolía si se sabe usar con inteligencia, que no hay que abusar de la tragedia pero que ayuda y cuando no, entretiene. He aprendido que es aburrida la paciencia y es mejor actuar mientras se espera, que el valiente gana y el que pierde es porque no arriesga, que el malo va a ser malo por mucho que se le adiestre y que habrá que perdonarlo o como mínimo ignorarlo para que sus astucias no te afecten. Que el que reconoce su ignorancia es precisamente le más sabio, que las oportunidades vienen solas, que la vida pasa y perdona, que ser cobarde es absurdo, que no hay que perder un segundo. Las experiencias son cualquier momento, del que tú hayas querido aprender, del que sin ser consciente has sacado parte de tu forma de ser. Volvemos al tema, qué gran dilema, cuando se le olvida a uno de donde viene y que dejó de ver.

En ocasiones, lo menos importante es mirar atrás, pero nunca hay que olvidar quién se ha sido y con ello seguir el camino que a uno le toque llevar. Hay que quedarse con lo grande, pasar de lo chungo, hablar de lo maravilloso y no perder en esta vida un segundo en lamentos y reproches que atascan los relojes. No seguir el tiempo, crear el momento, ser libre o intentarlo, vivir con lo posible, amar lo que se tiene aunque no se tenga todo lo que se ama, conformarse con lo bueno y cambiar lo que nada aporta.

Y así me pierdo, y avanzo en el camino, doy vueltas, me retuerzo, giro y regiro, encuentro y amo, desamo y hago, deshago, aprendo, aprendo, aprendo, APRENDO, APRENDO EN TODO MOMENTO.


14. ¡Camarero, una de demencia!

El altruismo es egoísmo, porque lo soy por gusto, por mi propio disfrute, porque pensando en los demás estoy pensando en mí, porque los demás, soy yo, y yo soy los demás.


jueves, 23 de junio de 2011

Y mucho en que pensar.

Un amigo, dos, tres.
Un deseo, dos, tres.
Una noche, dos, tres.
Un verano, dos, tres.
Responsabilidad.
Res-pon-sa-bi-li-da...-DES.

Mancha.

- Dese prisa doctor, píncheme para que pueda cantar.
+Lo siento pero mi admiración tiene un límite.
- Ellos no tienen límites y yo tampoco.
+Debería anular el concierto señora Piaf, está jugando con su vida.
-¿Y qué? Con algo hay que jugar.

martes, 17 de mayo de 2011

12. Receta para intentar llegar a ti con momentos de lucidez y puntazos de narrativa poética de gasolinera.

Temblando, pasé tus miradas por un colador, vi caer sentimientos en estado líquido y supe que si hubiera sorbido esa sopa me habría entrado ardor. Observé muy de cerca como el humo de tu alma herviente se asomaba tímido y quedaba tan solo miedo, inseguridad, falta de razón, irresponsabilidad, insensatez, dolor. Sentí que por fin había conseguido limpiarte, desinfectarte, eliminar todas aquellos condimentos con los que te había sazonado la mala vida, y creí haberte dejado con el sabor más inmaculado y puro que jamás ningún maestro de los fogones hubiera imaginado.

Lo que no cayó lo puse sobre la mesa. Ahí se quedaron los tropezones que se negaban a pasar por el filtro y caer en el plato. Había amor, sinceridad, nobleza, ganas de salir, vivir, sentir. Y creí que quería comerte en ese momento en el que me parecía haberte quitado todo aquello con lo que me intoxicabas al morderte. De pronto todos querían engullirte, tenerte. Te convertí en algo que era agradable para cualquier gusto, se peleaban por un solo bocado, morían por tus huesos, tu carne, tus muslos.

Mas con sorpresa descubrí al poco tiempo que te había quitado el sabor al que era adicta, que te había robado las amargas especias con las que sabías a cielos, a lunas, a soles, a estrellas en mi paladar de niña imprudente. Fabriqué algo impropio de dementes. Quise que volviera todo a ser como lo viví, supe que me gustabas más como antes y que tu veneno no era mortal, sino vital para mí.

Me fijé en que perdiste el 'extra' y te quedaste en el 'ordinario'. Todos querían catarte, degustarte, pero a mi lengua tu gusto le empezó a parecer insípido. Te quité toda la sal que entonces me parecía amarga, pero era porque solía acompañarla con mis manías que eran el tequila y siempre me olvidaba de las tuyas, que eran el limón.

Nunca supe apreciar la originalidad de tus texturas y mis prejuicios culinarios subestimaron tu genuino aroma. Antes eras caviar, ahora eres un huevo frito. ¿Cuántos han probado el caviar? ¿A quién no le gusta un huevo frito?

Después intenté hacer una pócima con lo que colé y bebérmela, pero sentí que no te recuperaba. Parecía como si todo aquello tan tóxico se quedara dentro de mi alma.

Y tú te fuiste, y desde entonces yo soy la que contamina cuando me cuecen a fuego lento.

Miento y provoco ardor.

Sé/sepo(*).

sábado, 14 de mayo de 2011

49. Metáforas oníricas.

Curiosamente, anoche soñé con el apocalipsis, o eso deduzco yo. Las calles estaban desiertas, sombrías, y si mirabas al cielo, podías descubrir que se avecinaba una gran tormenta. Me metí en una tienda extraña, de aspecto antiguo. El escaparate tenía, mínimo, un dedo de polvo. Todo estaba tan gris como en el exterior. De pronto, detrás del mostrador, apareció una mujer que destacaba entre toda aquella penumbra. No soy capaz de recordar su rostro, mas no puedo olvidar su pelo, naranja, absolutamente naranja, naranja mandarina, vivo, alegre, primaveral. El lugar resultó ser una tienda de música. Había tan solo saxos, trompetas y armónicas. Yo quería uno de estos instrumentos, pero no me decidía. Le pedí consejo a la mujer. Aún así no me decantaba por ninguno. Los saxos y trompetas también parecían antiguallas, pero relucían en los estantes. Las armónicas eran grandes, muy grandes, jamás había visto armónicas así. Incluso había una que tenía teclas negras y blancas, como las de un piano. El resto del instrumento era granate, y en cada agujero se indicaban todas y cada una de las notas posibles al soplar. Le conté(cosa que es también real) que tenía una armónica ya, pequeña, de blues, la cual no entendía, y tocaba a mi manera, y que además no tenía teclas, ni era granate. Mi armónica no se parecía en nada a ésas, además, no entendía las notas del cifrado americano, y yo, sin saber qué tocaba, solía hacerlo emocionada. No negaré que observaba con envidia aquellas armónicas regulares, inteligibles, sensatas y razonables. Pero la mía era mía, y sólo mía, y no la cambiaría por ninguna de ésas. De pronto, un relámpago. Miedo. La sonrisa de la mujer del pelo naranja. Polvo entrando por la puerta y cubriéndolo todo, incluso a mí. Su desaparición tan solo dejó una sonrisa flotante, como la del gato de Cheshire.

Será que la vida es como una armónica, cada cual la toca a su manera, incluso sin entenderla.

domingo, 8 de mayo de 2011

11. ¡Voglio una donna!

Qué inocencia y qué ironía, todo junto, mezclado, atiborrándome y embafándome, dejándome faltarle el respeto al lenguaje. A veces me da por pensar, mire usté(t) por dónde, y pienso que estaría mejor entre olivos.

Me canso de tanto edificio, me canso de tanto 'chaletito', me canso de tanto alemán jubilado, de tanto niño llorando, perro ladrando, loro silbando, comunidad de chalados. Me canso de tanto ruido, me canso de tanto atentado a la vista, de tanta piscina de obra bonita, de tanto buzón sieso, de tanta verja triste, de tanto jardincito bien cuidado, de tantos avisperos aburguesados, cómodamente instalados en la pedregosa pared reformada de mi hogar.

Mi hogar. ¿Lo es realmente? Pasando aquí la adolescencia, y sé que quizá sea culpa de ella, siento que no soy de ninguna parte, y menos de ésta. Pedaleo medio frita, a punto de cerrar los párpados para ver si me crecen las alas y echo a volar, pero resulta que solo llego hasta la cala. Maldita sea, llegó la primavera. Y las rocas se abarrotan de toallas, esterillas, se abre el chiringuito, huele a crema protección 50, PUAAAAJ. Aunque reconozco que me gustan los cuerpos tendidos al sol, secando el alma estresada que viene fría del invierno. Lo que no soporto es que sean caras blancas, simples turistas, destroza-playas. Es reconfortante cuando te suenan sus rostros, y descubres con agitación, que sus pieles ya han cogido color. Entonces es bonito que las rocas se abarroten de mujeres, niños, viejos, hombres con cierto aprecio por el lugar al que siempre vuelven o del que no pueden despegarse. Y sé que ahí pertenecen.

¿Y yo, pero?

sábado, 30 de abril de 2011

miércoles, 27 de abril de 2011

6. Consejo radiofónico.

-Buenos días esto es la KBBL, esto es GetUP'n'GO! Ponemos en marcha la sesión de consejos matutinos, sí señor, aquí estamos para solucionar todos sus problemas y solventar sus dudas. Tenemos a un invitado muy especial, Mr. Doe, que nos ayudará esta mañana con las llamadas con las que ustedes, queridos radioyentes, nos deleiten en este breve espacio. Vaya, parece que tenemos nuestra primera llamada...John, ¿quieres responder tú a este amable hombre de Indianápolis?
-Por supuesto Sam, ponme con él...

PIIII

-¿Hola? ¿GetUP'n'GO!?
-Sí, muy buenos días, ¿cómo le va? ¿Prefiere que su llamada sea privada o pública? Entiendo...privada. No se preocupe, nuestros oyentes no escucharán en ningún momento lo que usted me cuente; GUIÑO, GUIÑO.
-¿Cómo dice? ¿Que ver a la vecina nueva tendiendo la ropa le ha alegrado el día? Escuche...¿no se ha preguntado usted cuando fue el momento exacto en el que dejó de tener vida? Mire...yo si fuera usted probaría... salir y vivir, lanzarse al pecado, dejar que todo fluya sin preguntarse demasiado.¿Responsabilidad, hijos? Por favor, no sea ridículo. ¿Qué, quiere ser uno de esos tipos? ¿Amargarse en la oficina, que su mujer sea frígida, cultivar barriga cervecera y que su vida se vuelva insípida? Usted verá, yo no se lo aconsejo, he conocido a unos cuantos así y han acabado perdiendo el seso. Cómprese un buga, mejor, róbelo, huya del destino y de la sociedad, escuche a Stevie Wonder y déjese llevar, no hay nada en que pensar, no se ha de preocupar, todo está bajo control si tiene una cara bonita y cuatro ruedas a las que alimentar. Búsquese la vida, hágase un truhán, sea natural, viva de trueques y no piense en medrar. La vida es sencilla si se ríe de ella, sea un caradura, es la única salida, y que sepa que si intenta cambiar el rumbo del mundo, en él no tendrá cabida. Las cosas son como son, no vaya de iluminado y tan solo busque su comodidad. Coma cuando tenga hambre, beba cuando tenga sed, duerma cuando tenga sueño y fornique cuando esté despierto. No hay secretos, no hay recovecos, con las palmas abiertas le confieso, que cuánto más se acerque a su forma animal más feliz será siendo su propio dueño. Hágame caso y no piense en el tiempo, no existe el mañana y la vida es un momento, no quiera ser alguien cuando puede ser un don nadie que no entiende de lamentos ni escarmientos. ¿Sigue queriendo estabilidad, disgustos a largo plazo, llantos familiares y dramas oficiales? Olvídelo y haga lo que le plazca, lo que le nazca, no hay otra manera de ganar la batalla. No deje que se lo impidan, aquí usted es el único que puede tomar las riendas de su vida. ¡Viva!
-Hey, John, tenemos otra llamada...
-¡JOHN DOE! LO HE OÍDO TODO, SABÍA QUE ME OCULTABAS ALGO...ESTA NOCHE DUERMES EN EL PORCHE. AH, Y QUE SEPAN USTEDES QUE NO, QUE YO NO SOY FRÍGIDA, SE LLAMA ACOSTARSE CON UN E-YA-CU-LA-DOR PRE-COZ. ¡PANOLIS!

Pi-pi-pi.

-¡Y esto ha sido todo por hoy, Sam Q para la KBBL! ¡Recuerde, GetUP'n'GO!, el programa matinal más auténtico de todos los Estados Unidos de América!

domingo, 24 de abril de 2011

10. El Como.

Sí, es extraño.
A veces te encuentras con momentos que no son momentos...son personas. De un día a otro cambia tu visión del mundo. Eres o no eres. Dejas de ser. Tan solo hay dudas. Pero todo es culpa tuya. Eres el único responsable de tus actos, tú creas el momento aunque no elijas el donde ni el cuando. Tú escoges el Como. Y por mucho que el donde y el cuando no sean los esperados, te pertenecen, gracias al Como. Y eso no te excusa de cualquier acción, palabra, movimiento. Todo eres tú, y los demás. Los demás son tú. Casi como una obligación, una obligación de escoger qué hacer constantemente, un peso imposible de eludir. Lo mejor, o lo peor, según se mire, es que no hay arrepentimiento. El arrepentimiento es tan solo otro invento. Ya lo has hecho, y sabes que lo volverías a hacer. No importa el resultado, aún sabiéndolo, sabes que lo harías. Aunque te hundas o pegues saltos de alegría, así es. Puede resultar cómico, dramático, según tu estado de ánimo. El caso es que cada uno es quién es precisamente por ser quién es y hace lo que hace quién es o sería. La vida eres tú. Quiero decir, yo. Y yo soy puro sentimiento, experiencia sin descripción, fenómenos incognoscibles que se suceden sin cesar. Y luego hay que decidir qué hacer con ellos.
Sí, es extraña.

lunes, 4 de abril de 2011

9. Eres la única esencia.

¿Qué es esto?
¿Qué pasa?
¿Qué es?
No lo entiendo.

Parece que nada hay, que nada tengo.
Actúo y me observo
desde fuera mientras
me veo a mí misma a tientas.
Me pregunto cuando volveré
a adueñarme de mí misma,
si es que de nuevo tendré
la que creí mi peculiar firma.
Hay rabia, y odio, se pudre
mi alma, ¿qué ocurre?
¿Quién me maneja, me controla,
me impulsa a fundirme entre las olas
de la misantropía y el sarcasmo,
me lleva al insolente hartazgo
de las muchedumbres insulsas
de las que así me defiendo
mientras noto por dentro
el fuego que me impulsa
a cuidarme de mi yo supuesto
que no llena ni vacía
y me deja con lo puesto,
frente a la tensión entre herejías?
Y entre mares me miro
y no reconozco en el espejo,
húmedo, frío y distante el reflejo
del alma que con furia lapido
en cada ínfimo e insípido instante
en que nos busco y no estamos,
y me creo una ladina, farsante,
por dentro repleta de "yoes" amargos.

Tú, no yo, tú
eres quién me guía,
me conoce, me lía
tu sonrisa azul.

miércoles, 16 de marzo de 2011

8. Caramelo.

Cartamilo, te miro, te tiento.
Me tiro, te tiro, sonrío. Nos miento.
No quiero. No puedo. Deseo.

Las palabras que evito, estridentes se repiten en mi cabeza aunque las piense muy bajito y murmurando las aparte a toda costa y las contamine con crudezas. Cartamilo, si supieras mis suspiros, si suspiraras y supieras, que un solo suspiro sustenta entelequias y me hace suspecta de subsistir suspirando por sucumbir a tus suculentos susurros que hacen del deseo un pecado, un trago amargo. Cartamilo, espero el sigiloso momento en que vuelvas a seducirme con alguna inteligencia tuya y entonces dudes y me lances al abismo causal y creas que soy el fruto prohibido y nunca te dejes catar. Cartamilo, apartarte de mi mente es algo ya impensable, ineludible es el hecho de que estás en todas partes, envolviendo entre balazos y duros metales algodones flotantes que se vuelven intocables. Intangible te parezco, imposible, como tú a mí, yo a ti, casi un sueño. Mas no sabes que es más fácil que todo eso, que te debo un mundo si sonríes, que te debo infinitos si sonríesme me mirando debiendo me bebiendo en cien sorbos los estribos que se pierden, los papeles, las casillas desencasilladas con las que jugamos liando el tiempo, cada vez que te acercas, con tu aliento, y lo detienes. Cartamilo, incomprensible te parece, confundida te sientes y yo sé que esto es comprensible que este sentimiento es inconfundible, que vivirlo es privilegio, que privilegio es vivir si yo te tengo. Y sé que lo tengo. Cartamilo, no me importan tus dudas, ni las mías, ni tus miedos. Estamos cerca. Yo ya lo sé, tú no lo entiendes, es la primera vez que probablemente lo sientes, no es frecuente para ti tener esto en mente y yo puedo guiarte, frente a frente, regalarte sonidos, vibraciones, hacer arte con tu piel, despellejar mi alma para tenerte, dejarme salvar el pellejo para volver a sentir tus manos inocentes. Cartamilo, pálpame. Vuelve. No te marches. O sí. Ambos. Ambas. Sabemos que no es rojo, ni verde, es ámbar. Equilibrio. O no. Pero, sea lo que sea, vuelve. Venceremos lo eterno, acabaremos con el miedo, besaremos el suelo que nos llevará de vuelta al espiral del deseo, a la burbuja del anhelo que será caliente como el infierno pero placentero como el cielo. Cartamelito, cartamilo, milocarta, tarcalimo, molitarca, limocarta, tarcamilo, limotarca, cartalimo. Cartamiel, cartamielo, te quiero caramelo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

¡El ponyfranero, tu bollito mañanero!

Sobre ponys y ocultismo:
"Aunque el bollo se vista de galleta, bollo se queda."
"Aunque el pony se vista de yegua, pony se queda."
"En boca cerrada no entran almejas."
"No salgas mañana cuando puedes ligar hoy."
"Al plátano rogando y tortilla deseando.
"La yegua al hoyo y el pony, también al bollo."

Sobre no ponys y flexibilidad:
"A falta de pan, buenas son tortas."

Sobre masculinidad:
"No por mucho aparentar, es más pony una tortilla."

Sobre dudas:
"Cuando el radar vibra, hay pony en la pista."
"A pony entendedor, pocas ostras bastan."

Sobre exclusividad:
"Más vale pony en mano que cien yeguas cabalgando."
"Tiran más dos tetas que dos carretas."

Sobre intentar:
"Nunca es tarde si la pony está buena."

Sobre fidelidad:
"A pony emparejado no le hinques el diente."

Y pronto, nuevos ponyfranes aquí, en el..
¡Ponyfranero, tu bollito mañanero!

Rarezas de Peca.

"Si se pudieran, de alguna manera, embotellar todas tus sonrisas y luego esparcirlas por el mundo, Prozac entraría en quiebra."

"Te veo e inevitablemente te miro, mas no puedo mirarte sin verte y al percatarme, mi mirada en ti fijada es una discontinuidad evitable que posa la vista en tu contínua sonrisa palpable."

"No se es feliz; se está entretenido."

"Solo los amores platónicos son viables gracias a su inviabilidad."

"Cuando los axiomas sean cuestionados, el progreso existirá."

"Freud no era un enfermo, los círculos sociales nos hacen hipócritas."

"No existe otra verdad que lo absurdo que en un intento por contradecirse niega la existencia de la coherencia falaz."

Dora dixit.

lunes, 7 de marzo de 2011

1. Me he...¿WHATTHEF***?

-Te miro y no pareces...no pareces...
-¿De aquí?
-Es sólo que...
-¿Soy diferente?
-No exactamente, pero...
-¿No entiendes?
-El caso es que...
-¿Quieres preguntarme algo?
-No, siento curiosidad por...
-¿El color del aire?
-Me temo que, es por otro elemento, por...
-¿La tierra?
-Bueno, es natural, pero no...
-¿El fuego?
-Seguro que a veces quema, aunque...
-¿El agua?
-Y es tan bella como ella, pero no se trata de...
-¿Qué?
-Es otro tipo de...
-¿Cosa?
-No, yo diría más bien...
-¿Objeto?
-No, no, es...
-¿Persona?
-Sí, pero aún más...
-¿Concreto?
-No, bueno, sí, a la vez...
-¿Abstracto?
-Sí, y, casi como...
-¿Algo?
-Claro, es algo...
-¿Tangible?
-Eso quisiera pero...
-¿Cuesta un rato?
-Es libre, y raro, es...
-¿Un moniato?
-No, bueno, seguro que...
-¿Sabe como un moniato?
-No, escucha...
-¿Es un gato?
-Para, para, tiene...
-¿Alma?
-¡Exacto! Sabes...
-¿Que las almas tienen gatos?
-No, eh, no...
-¿Los gatos tienen almas?
-Sí, pero...
-¿No se trata de un gato?
-No, es...
-¿Alto?
-Ehm, más bien...
-¿Bajo?
-No importa...
-¿Vive?
- Sí, y...
-¿Existe?
-Está a mi lado...
-¿Es espontáneo?
-¡Tú!
-¿Cómo?
-Esto, yo...
-¿Eres preciosa?
-Me enseñarás tus pecas, yo...
-¿Me quieres?
-Sí, y tú...
-¿Te quiero?

7. Toc, toc.

Hay algo aquí. Hay algo. Algo. Hola. Hay alguien. Sé que hay alguien. Lo sé. Otro me dijo "no hay personas equivocadas". Yo añado, solo circunstancias. ¿Con qué me va a sorprender esta vez? Hay algo. Modifica mi estado. Juega con mis pensamientos. Los acapara todos. Me impide salir de ello. Quiero. Quiero. Quiero sumergirme tanto...tanto...hasta perder el miedo. Aparte de algo, hay miedo. Miedo a que sea pronto. Miedo a que sea tarde. Miedo a no avanzar. Miedo a no saber echar el freno. Miedo al error. Miedo al acierto. Miedo al mañana, al después, al luego. Miedo a que el amor sea química. Miedos. Es extraño, había casi olvidado este sentimiento. Lleva un tiempo llamándome y yo apartándolo de dentro. Es inevitable que resurja; por eso, miedos. Pero ahora me quitaría los cueros, ante ti me quedaría en cueros. Te daría cualquier cosa con tal de hacerme escuchar y que me dejaras escucharte más. No es mera curiosidad. Siento que es necesidad. Y yo me pregunto ¿por qué? Sin apenas conocerte. Son vibraciones, vibraciones que me guían y que quiero responder. Son sensaciones, intuición. Y es que me gusta lo natural, para nada artificial. Me gusta lo espontáneo. Me gusta lo inteligente. Me gusta lo bello. Me gusta lo difícil. Y me gustan los alicientes. Me gustas. Qué difícil es expresar esto. Se me ocurren otros modos de hacerlo. Robarte una estrella, regalarte las llaves del cielo, esconder el llanto en una caracola y darte una sonrisa en forma de caramelo. Me alimenta(s). Siento que tu sonrisa es sincera. Quiero poder tenerla unos instantes, tan cerca de la mía, que pueda capturarla por siempre en mi retina. Ven. Déjame explicarte porqué lo verde es verde, lo rojo es rojo, lo azul, azul. Déjame explicarte. La felicidad, la pasión, la calma. La euforia, la confusión, el pánico, la alegría, todo lo que sentí al verte aparecer. Estaba impaciente. Llegaste por esa puerta. "Eres un espejismo", pensé. No lo eras. Aunque ahora vuelve a parecerme todo muy fugaz. Tus ojos, tu piel, el olor que no pude oler ni retener. La incertidumbre. ¿Me mirabas tú también? Estaba oscuro. Tú. El adiós, el café. Toc, toc. Ábreme tu puerta y yo te abriré la mía, aunque, te lo advierto, mis(s) sonrisas, estas visagras aún chirrían.

domingo, 30 de enero de 2011

6. Zapatos sonrientes.

Hay muchas clases de zapatos, y hay pañuelos que eran servilletas, y servilletas que eran diccionarios y diccionarios que eran cajas y cajas que eran otras cajas y otras cajas que eran cajitas y cajitas que eran fotografías y fotografías que eran troncos y troncos que eran árboles y árboles que eran raíces y raíces que eran semillas.

Pausa para respirar.

Los zapatos provienen de telas y telares, de telares y tejidos estelares, azules y rimbombantes, peculiares, lunares, pecas, quizá puntos o coordenadas de un mapa del tesoro que escondía otros zapatos que provenían de telas y telares y fragancias embriagantes y chalados irracionales que recurren con ironía a un polisíndeton incesante.

Es curioso, los zapatos son siempre tan distintos, y cambian tanto según quién los lleve puestos, que a veces se nos va de las manos, y queremos probárnoslos todos. Pero hay tantas combinaciones posibles, dispares y tremendamente diferentes, que, como bajando de una nube, llegamos a asumir que jamás podremos ponérnoslos todos...y eso nos hace sentir algo infelices.

Aún así, la vida nos regala muchos zapatos, y por temporadas, vamos calzándonos dependiendo de la estación en la que estamos. Usamos zapatos rotos, zapatos nuevos, zapatos grandes(que se nos quedan pequeños), zapatos pequeños(que se ensanchan con el tiempo), zapatos verdes, zapatos negros, zapatos inteligentes, zapatos maduros y hasta zapatos ingenuos. Y, es interesante, porque por mucho que los usemos, siempre nos da pena tirarlos, y los guardamos. A algunos, hasta los conservamos durante todo nuestro paseo, siempre caminamos con ellos, nos hacen dar pasos firmes y seguros, y nos llevan a recorrer horizontes y callejones de pensamientos.

Pausa para vivir.

Pero a veces, te encuentras zapatos extraños. Los miras, y tienen una cara muy inocente. Te fijas en los cordones...algunos están sueltos y otros enredados, pero le dan al conjunto un toque de ingenuidad. Y los vuelves a mirar. A veces tienen cara de tontitos y siempre te sonríen(como los botones), o tienen las cejas levantadas, o no comprenden. De pronto te parecen especiales. Luego miras por dentro y hay una explosión de estampados que te lleva a mirar dentro de tu propio zapato. Y esperando obtener una respuesta, miras. Y remiras el estampado del otro zapato. Te sorprendes. Y te preguntas si esta causalidad tiene un fin o el interrogante quedará abierto. Quizá sea el anhelado par, tu otro yo, ese que tanto tiempo llevas buscando. Quizá no. Pero tú te lo quedas igualmente, como todos los demás. Hasta que llega otro zapato extraño sonriente y...

Pausa para amar.